Las separaciones matrimoniales suelen ser procesos complicados, en los que llegar a un acuerdo con respecto a los bienes e hijos solo se logra mediante un abogado de divorcio. Por lo general, ambas partes contratan el suyo, llegando a tener dos intermediarios que faciliten la comunicación y que se logren los objetivos comunes.
Si bien algunas personas pueden considerar que esto no es necesario porque la relación finalizó en buenos términos, lo cierto es que no siempre es así. De hecho, existen aspectos legales que deben revisarse, además de la defensa de ciertos intereses.
Abogado de divorcio: la necesidad de especialistas
Para atender casos de separación, lo recomendable es elegir a un abogado que tenga experiencia en divorcios. Estos son aquellos cuya especialidad es el Derecho de Familia.
Nunca es buena idea contratar a abogados que se dediquen a otras ramas del derecho porque, si bien tienen nociones generales sobre las leyes civiles, su actuación durante el proceso de litigio, además de la argumentación que se requerirá para llegar a un acuerdo, no será comparable con la del abogado de la contraparte.
Este aspecto puede generar consecuencias. El mínimo fallo en una disputa de bienes o si se pelea por la custodia de los hijos será fatal.
Aspectos legales durante el divorcio
Un segundo aspecto que señala la necesidad de contratar abogados de divorcio es todo el proceso legal que hay detrás de la separación.
La redacción de documentos jurídicos, los acuerdos que señalen quién se queda con tal o cual bien, las soluciones pactadas y las distintas gestiones llevadas antes tribunales y demás entidades jurídicas abarcan este ámbito.
Si alguien decide realizar esto de manera personal se enfrentará a un proceso largo, que solo postergará más la separación y conllevará a nuevas consecuencias.
La confianza alcanzada
Debido a que se trata de un momento difícil, un abogado de divorcio también cumple el papel de apoyo mientras dura la separación.
En ocasiones es necesario compartir información personal, dar detalles de la vida íntima e incluso poner en juego aquello por lo que se luchó durante la relación. En este caso, los profesionales elegidos deben ser de confianza, ya que el cliente está en el final de una etapa de su vida.
Al final, el abogado podrá obrar con sinceridad y así luchará por los intereses de quien representa. Para bien o para mal, su contratación es obligatoria durante la separación.